El café es una planta tropical. En su cultivo existen unas condiciones especiales. La calidad y el rendimiento del café son elevados cuando se cumplen estas condiciones.
El café se cultiva en la región situada entre 25° de latitud norte y 30° de latitud sur de ecuador terrestre, con abundantes precipitaciones, una temperatura media entre 18-28° C y sin heladas.
Las temperaturas más frías no deben ser inferiores a 10 °C, y las más cálidas no deben superar los 30 °C.
El café se produce mediante semillas o esquejes. Empieza a dar producto en 3 – 4 años. Un cafeto bien cuidado puede ser productivo durante más de 80 años, pero por lo general es un tipo de árbol que da frutos de forma continuada durante 30-40 años. El café posee hojas oscuras, brillantes y puntiagudas, similares a las del laurel y con bordes ondulados que no se caen en invierno.
En el frío, el árbol muere y los cambios bruscos de temperatura lo dañan. Puesto que al cafeto le gusta el ambiente húmedo, se debería cultivar en zonas tropicales con precipitaciones regulares.
La precipitación anual en las regiones cafeteras no debe ser inferior a 1.500 o 2.000 mm para la especie Arábica, y de 2.000 a 3.000 mm para la Robusta. El pH del suelo debe estar entre 5,5 y 6,5.
La maduración de la fruta del café requiere entre 9 y 11 meses después de la floración. La altura de cultivo de los cafetos tipo Arábica oscila entre los 800 y los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y la de los cafetos tipo Robusta oscila entre los 600 y los 800 metros.
Un café verde malo no permite obtener un café de calidad. Obtener aromas, sabores y fragancias de alta calidad sólo es posible con un café verde de alta calidad. La calidad de tostado se ve afectada por el tipo y la clase del cafeto, la calidad de cosecha, la forma de recolección y descascarillado, el transporte, las condiciones de almacenamiento, los defectos (deficiencias) y la humedad.