La mayoría de los tostadores italianos afirman que sus cafés tienen un tueste medio, pero lo cierto es que hacen el café más oscuro, aceitoso, amargo y carbonizado que se haya conocido.
Casi todos los granos tostados a la italiana resultan malogrados a la hora de consumirlos. La estructura celulósica del grano, que se deteriora durante el tueste, provoca una rápida oxidación y un envejecimiento.
En la taza parece quemado, ahumado, carbonizado. Tienen un cuerpo de densidad media.